Los acontecimientos de los últimos días me han puesto en jaque nuevamente. Siempre he creído que la muerte es como la graduación de la vida... Pero se bien por qué no siento pena por los muertos, se bien que ellos son los que se encuentran libres, los que se quedan son los que sufren su ausencia. Veo la vida como si se tratara de la escuela o una misión, cuando terminaste todos tus cursos, cuando aprendiste lo que viniste a aprender te puedes ir, cuando hiciste lo que viniste a hacer, cuando cumpliste tu misión, conociste a quien debías conocer, cambiaste la vida de quien tenía que ser… en fin cuando hiciste lo que tenias que hacer aquí, te puedes liberar.
No quiero decir con esto que morir sea algo que ansío, y sería incorrecto decir que no temo morir por que como todo ser humano no se que sigue y temo a lo que desconozco por instinto. Pero no veo la muerte como algo malo, quizás el medio para morir no sea tan bueno, sufrir la muerte seguro no es nada que se desee sentir pero una vez que termina, eso no puede ser malo, es el final de un proceso y creo que de algún modo quienes ya se fueron nos llevan la delantera. Pero todo esto me lleva a que al presenciar un deceso nunca logro pensar o sentir lo que es común.
Nunca he tenido habilidad para actuar de la forma más adecuada en todos los asuntos que tienen que ver con la muerte de personas ya sea queridas o indiferentes para mi, conocidas o no, cercanas o no... Nunca he sido capaz de mostrar el menor signo de tristeza, mi gota de pena por la persona en el ataúd... En lugar de eso puedo sentir pena, en muy raras ocasiones, por las personas que sufren la pérdida, solo en muy específicas situaciones y cuando conozco la relación entre estas personas con el difunto, pero el sentimiento solo pasa a ser de lástima.
No consigo derramar una sola lágrima por estas personas, será que no he perdido a ningún familiar inmediato o alguien muy muy cercano a mí, aunque, ahora que lo pienso, fuera de mi familia nadie es cercano a mí… tal vez es lo que me hace falta para sentir empatía con por ellos, como sea hasta ahora no consigo más que hacer conjeturas en mi mente y llegar a la conclusión de que todas esas personas llorando, y sobre todo aquellas que ni eran cercanas al fallecido, no son más que hipócritas pero eso si muy buenos actores y actrices que son capaces de llorar falsamente…
Teniendo todo eso en la mente resulta tortuosa la reprimenda de mi conciencia por pensar en ello pero mayormente por que estando en los velorios no puedo evitar el morbo de ver el cadáver. Me reprendo a mi misma pero no funciona mucho. Mi concentración en los rezos y cantos se desvía minuto a minuto y pienso en lo prosaica y vanal que soy después de todo, yo que siempre reniego de esas personas… me comparo con ellas y después de eso en verdad vuelvo a concentrarme.
Pero, siempre he creído que la muerte es como la graduación de la vida...
Sin remordimientos...
Lady Elena de S.